«Cocinar en el exilio es cocinar remembranzas»

Comida Colombiana

La cocina como arte también estuvo presente en «Por Colombia un canto a la vida» y una de las personas que estuvo en ello fue Gladys Corredor, “La Chiky”, que además de cuentera es una excelente cocinera. En esta nota “La Chiky” nos habla de esa experiencia vivida desde días antes de la Maratón para poder tener los platos con los que nos deleitó, especialmente la lechona.

Uno de los aspectos culturales más importantes de un país es la tradición culinaria; es a través de ella que se transmiten de generación en generación los gustos, sabores y aunque usted no lo crea, nos da valores. Todo esto lo guardamos en nuestro inconsciente y nos ayuda a crecer. La elaboración no es seguir al pie de la letra una simple receta, se necesita amor y destreza para encontrar el punto exacto que deleitará nuestros paladares.

Y… ésto desde luego estuvo presente en la maratón. Unidas muchísimas manos, empezando por el equipo que fue a comprar la primera vez : Juan Ma, coordinó el transporte, junto con el francesito solidario y bacano (Jeremí), incluido camarógrafo (Dagoberto que le prohibieron filmar), Betty que aunque estaba enferma se presentó y yo, todo este súper equipo con una súper perdida que duró casi dos horas para encontrar el maravilloso MERCABARNA, que queda como dice mi mama …allá donde da la vuelta el viento. Pero claro, no todo es color de rosa y no encontramos todo lo que necesitábamos… El marrano para hacer la famosa y antojosa lechona… tocó encargarlo y … al llegar a casa preparamos el relleno de las empanadas y empezamos a armarlas… eso era sólo el comienzo de una semana maravillosa pero llena de trabajo…..

Volvimos al día siguiente, pero JuanMa y el francesito tenían que estudiar y no podían faltar. Apareció como un angelito mi amiguito el cuentero Daniel, que salió corriendo de dar clases de teatro y se perdió nuevamente conmigo entre la B10 y Mercabarna, pero al fin pudimos, mientras Betty seguía armando empanadas, …descargar en la calle «Carmé». Fue toda una odisea, pues la calle mide 6 mts y no se puede parquear. Me quedé tirada con las patas de marrano entre bultos y cajas a la entrada… casi lloro; ¿ahora como iba a subir?…otro angelito llegó, mi vecino me ayudó a subirlo todo hasta la cocina… luego ayudar en las empanadas además a hacer el guiso para las empanadas de pipían para los visitantes vegetarianos.

En la noche ir a buscar al aeropuerto la «Especialista en Lechona» que venía desde London City; doña Fanny Silva que tiene a Dios en sus manos prodigiosas…Y llegando a casa hacia media noche continuó la maratón gastronómica… Y ahora si en serio

Amasar, guisar, cocinar… Pero lo mas lindo fue ver desfilar todos los amigos por casa durante estos cuatros días de elaboración, para ver como iba la cosa, para conseguir , cuchillos, hornos, ollas…ollotas, microondas para ayudar a armar empanadas, pandebonos y decir huyyyyyyyyy qué rico huele a casita, e informar cómo iba la pegada de carteles, la difusión y el transporte.

Fueron para casi todos los 4 días más concurridos del año, con cansancio en el cuerpo pero con una alegría infinita que nos daba fuerzas de levantarnos aunque los músculos no quisieran responder.

Tengo que decir que los que trabajamos en el kiosko no pudimos disfrutar de ninguna presentación, ni de las exposiciones y mucho menos los videos; lo único que vimos y nos llenó de gusto fue la cara de los artistas que venían con su valecito de «comida» sonrientes y felices.

Y gracias a el canto a la vida volví a recordar mi mas tierna infancia cuando mi mamá Leonilde, lavaba mientras silbaba las canciones de Garzón y Collazos y a las 4 de la tarde encendía la estufa de carbón, mientras mis hermanos molían el maíz para las arepas y nosotras, mi hermana y yo las armábamos; luego mamá venía a batir el chocolate o servir el aguacafé. En ese instante aparecía la vecina doña Francisca que junto con mamá hacían un mano a mano de cuentos hasta el anochecer… todos alrededor de la mamá, del fuego, y de la comida.

Gracias a todos por darme la oportunidad de reencontrarme con eso que es primordial para el ser humano, la comida que nos nutre y nos une, y la palabra que nos acaricia, nos educa y nos hace ser tal y como somos…. Más humanos.

-Chiky

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